Carla Armengol

Soplar

Soplar una vela, una pestaña, un diente de león… Imaginamos por unos segundos aquello que tanto anhelamos… Un deseo; y entonces, soplamos. Y esperamos. Puede que para siempre.
 

 

Soplar… ¡Qué palabra tan mágica! Mi madre hacía magia soplando; tenía una manera especial para aliviarnos de todo aquello que nos angustiaba. Ella era (y es) especial en todos los sentidos de la palabra.

Cuando yo y mi hermana, pequeñas inocentes de 3 y 5 años, teníamos miedo por las noches, mi madre tenía un truco infalible para espantar a los monstruos que se escondían bajo la cama o dentro del armario (dependiendo de si era invierno o verano). “Cerrad los ojos… muy fuerte, muy fuerte y, sin abrirlos… ¡SOPLAD! Ya está… Los monstruos se han ido de dentro de vuestras cabecitas, pequeñajas. Es ahí el único sitio dónde se encuentran. Nunca se van a esconder dentro del armario ni debajo de la cama. ¿Vosotras creéis que a los monstruos les gusta estar en sitios tan oscuros y pequeños para ellos? Qué aburrido, ¿verdad?”. Y nuestros miedos desaparecían, así, como por arte de magia.

Qué fácil sería todo si con soplar bastara. Ahora más bien lo que hago es resoplar… ¡Bfff! Sí, a esto me refiero.

Antes soplaba para pedir deseos… Ahora resoplo porqué aquello que deseo se me resiste.

Antes soplaba las velas del pastel con una ilusión tremenda… Ahora resoplo sólo de penar que en el pastel cada vez queda menos espacio para las velas.

Antes soplaba para que los rasguños de mis tobillos no me dolieran… Ahora hay heridas que por mucho que soples allí se quedan, haciéndote resoplar una y otra vez.

Antes soplaba para hacer desaparecer a los monstruos nocturnos… Ahora incluso los echo de menos y resoplo cuando pienso en aquellos tiempos en los que mi madre lo solucionaba todo con un soplido.

Por suerte, aquí sigo teniendo a mi madre; pero ahora que ya soy una mujer hecha y derecha, los problemas me los llevo yo solita a casa. Así que, mí truco para que las gilipolleces del día a día no pesen tanto, basta con 2 pronombres y 1 palabra mágica: ¡me la SOPLA!

Diesen Beitrag empfehlen:

Mit eigenem Mail-Programm empfehlen

 

Die Rechte und die Verantwortlichkeit für diesen Beitrag liegen beim Autor (Carla Armengol).
Der Beitrag wurde von Carla Armengol auf e-Stories.de eingesendet.
Die Betreiber von e-Stories.de übernehmen keine Haftung für den Beitrag oder vom Autoren verlinkte Inhalte.
Veröffentlicht auf e-Stories.de am 08.02.2015. - Infos zum Urheberrecht / Haftungsausschluss (Disclaimer).

 

Die Autorin:

  Carla Armengol als Lieblingsautorin markieren

Bücher unserer Autoren:

cover

Formeln des Lebens von Huberti Jentsch



Ob Pythagoras mit der Behauptung recht hatte:

Jeden Mensch kann man mit Zahlen definieren, konnten wir bislang nicht nachvollziehen und auch Sokrates, der zu sagen wusste:

« Selbsterkenntnis ist das Erstrebenswerteste » hat uns keine Formel hinterlassen, die uns zeigt, warum jeder Mensch so ist, wie er ist, warum wir uns mit dem Einen verstehen, mit Anderen jedoch nicht, was die Ursachen von Glück und Unglück sind.

Möchtest Du Dein eigenes Buch hier vorstellen?
Weitere Infos!

Leserkommentare (0)


Deine Meinung:

Deine Meinung ist uns und den Autoren wichtig!
Diese sollte jedoch sachlich sein und nicht die Autoren persönlich beleidigen. Wir behalten uns das Recht vor diese Einträge zu löschen!

Dein Kommentar erscheint öffentlich auf der Homepage - Für private Kommentare sende eine Mail an den Autoren!

Navigation

Vorheriger Titel Nächster Titel

Beschwerde an die Redaktion

Autor: Änderungen kannst Du im Mitgliedsbereich vornehmen!

Mehr aus der Kategorie "Thoughts" (Spanische Kurzgeschichten)

Weitere Beiträge von Carla Armengol

Hat Dir dieser Beitrag gefallen?
Dann schau Dir doch mal diese Vorschläge an:

Pushing It - William Vaudrain (General)